LA ESFERA DE LA ATLANTIDA
El naturópata y buzo norteamericano, Dr. Raymond Brown, a finales de los años 60 encontró una asombrosa y misteriosa esfera de cristal dentro de una pirámide sumergida, en la región entre la isla de Andros y la isla de Bimini que algunos suponen es de la época de la perdida Atlántida.
La esfera de cristal de cuarzo fue presentada en contadas ocasiones, desapareciendo tras ser expuesta al escrutinio público, desconociéndose hasta el momento su paradero y el de su descubridor y propietario, Raymond Brown. Quienes tuvieron la oportunidad de contemplar la pieza mencionaron que tiene poderes increíbles, que la esfera de cristal parecía manifestar poderes dependiendo del observador, sin embargo, salvo estos testimonios y un libro escrito sobre el hallazgo, poca información nueva ha surgido en estos. años la esfera no volverá a salir a la luz publica, estando escondida.
Sin embargo, el destino quiso dar una nueva señal de la existencia de esta reliquia y de la pirámide en cuyo interior se encontraba la esfera, reposando sobre un pedestal en forma de dos manos, dentro de un templo que el Dr. Raymond Brown la encontró en la pirámide sumergida, por lo que pudimos conocer su estado actual gracias a los esfuerzos del Proyecto Camelot , que en una entrevista con la actual propietaria de la Calavera de Cristal, Anna Mitchel Hedges , brindó nuevos datos sobre la misteriosa esfera de cristal.
antes de morir, Raymond Brown le dio la esfera a quien le aconsejó que no se la mostrara a nadie.
Otro dato importante es que la calavera de cristal de Hedges logró localizar la esfera desaparecida, un fenómeno extraño, ya que la calavera de cristal se volvía completamente blanca al contacto con la esfera y, a su vez, adquiría un tono dorado.
En esta fotografía, facilitada al equipo del Proyecto Camelot, se observa la increíble interacción entre las dos piezas presumiblemente de cristal.
En 1967, Robert Brush sobrevoló con su avión la región de las Bahamas, a unos 100 kilómetros de la costa sur de Florida. Mientras el piloto sobrevolaba las islas de Bimini y Andros, de repente notó algo a través del agua que le llamó la atención, pues además de ser piloto de aviación, Brush también estudiaba arqueología subacuática y buscaba tesoros perdidos en la región del Caribe.
El avión describió una amplia curva en el aire y voló varias veces sobre el mismo punto, al norte de la isla de Andros, asegurando que había una forma sumergida de una figura geométrica piramidal, atribuible únicamente a la acción de la mano de hombre, y no por capricho de la naturaleza.
En estas latitudes y en las zonas cercanas a la costa, el agua suele ser transparente , lo que permite ver lo que hay debajo del agua. En cuanto a la profundidad del mar, varía desde los 200 metros hasta pozos que se abren repentinamente y alcanzan profundidades de más de seis mil metros. Sorprendido por su hallazgo, Robert Brush tomó varias fotografías que, a su regreso, mostraron al francés Dimitri Rebikoff, especializado en fotografía submarina y, por tanto, capaz de confirmar la veracidad del hallazgo. Más tarde, las fotografías fueron examinadas por el profesor Manson Valentine del Museo de Ciencias de Miami, quien había enseñado en la Universidad de Yale y era un gran conocedor de las civilizaciones precolombinas.
Específicamente, ¿qué fotografió Robert Brush? ¿Cuál fue la importancia, que motivó la entusiasta y decidida adhesión de Rebikoff y Valentine ( J. Manson Valentin, 1902-1994 ) , al punto de realizar una expedición de investigación y prospección al Gran Banco de las Bahamas? ¿Compartieron los expedicionarios la opinión de Pierre Carnac, visible en el título de su obra? ¿Comienza la historia en Bimini (y por tanto en la famosa zona conocida como el “Triángulo de las Bermudas”)? Posiblemente hubo algo relacionado con lo que un año después, en 1968, el Dr. Raymond Brown descubriría en la misma zona de las Bahamas cuando se encontraba en la región del Caribe con un equipo de cazadores de tesoros submarinos.
La región del Mar Caribe es famosa por la gran cantidad de naufragios en siglos pasados de galeones españoles que quisieron regresar a España cargados con sus tesoros de plata y oro y especias que llevaron al reino de Castilla como diezmos pagados por los virreyes y gobernadores. establecida en el Nuevo Mundo.
Gran parte de estos barcos cargados de tesoros se hundieron en la zona del Caribe, unos por los numerosos arrecifes existentes y otros por violentas tormentas. Aún hoy, el fondo de los mares de la región está sembrado con los tesoros de muchos galeones españoles llenos de plata que aún no han sido recuperados. En 1968, el Dr. Brown estaba en las Bermudas, trabajando con un equipo para recuperar un tesoro perdido en el fondo del mar. En uno de los descensos descubrió los restos de una ciudad submarina, y en otras exploraciones, encontró una “pirámide sumergida”.
En un informe posterior del propio Brown, describió la existencia de una “pirámide submarina” formada por piedras pulidas
Descendió alrededor del edificio, regresando a la parte superior de la pirámide, que parecía estar truncada y sobre la cual se levantaba una especie de pequeño templo. Entró por una abertura que daba acceso al interior del templo y se encontró en una habitación en cuyo centro, sobre un pedestal de piedra, dos manos de metal sostenían una pequeña esfera hecha de cristal puro que, al examinarla, era cristal de cuarzo. . Pasando por un pasadizo angosto, Brown finalmente llegó a una pequeña habitación rectangular con un techo en forma de pirámide. Lo sorprendente fue que el recinto no contenía algas o corales creciendo en sus paredes internas. Estaban impecablemente limpios .
Además, aunque Brown no llevaba linterna, podía ver perfectamente todo lo que había dentro de la habitación. Era muy brillante y estaba bien iluminada, pero no se veía ninguna fuente de luz directa. La atención de Brown se centró en una barra metálica brillante de aproximadamente 7,5 cm de diámetro que colgaba del vértice del centro, y al final había una gema roja , que se encontraba sobre un punto determinado. Directamente debajo de esta vara y la gema roja, en el centro de la habitación había un soporte de piedra tallada, coronado por una losa de piedra con bordes redondeados.
Sobre el plato descansaban un par de manos de metal de color bronce, de tamaño natural, perfectamente esculpidas en una posición de ofrenda que parecían ennegrecidas y quemadas, como si hubieran sido sometidas a un calor tremendo. Anidada en estas manos, y situada a unos 1,20 metros directamente debajo del punto con la gema roja que colgaba de la varilla del techo, había una esfera perfecta de cristal de unos 90 cm de diámetro.
Brown primero trató de soltar la barra del techo y la piedra preciosa roja, pero ninguno se movió. Volviendo a la esfera de cristal, la encontró fácilmente desprendida de los asideros de bronce, la sacó de su lugar de descanso y dejó la pirámide con ella. Cuando se fue, Brown sintió una fuerte presencia y escuchó una voz desde algún lugar que le decía que "nunca más volviera a ese lugar".
En 1970, dos años después de sus descubrimientos, los “expertos” valoraron la pieza en unos veinte mil dólares. Era una esfera de cristal geométricamente perfecta. Fue encontrada sumergido en la región entre la isla de Andros y la isla de Bimini. Temiendo que su inusual hallazgo pudiera ser confiscado como tesoro salvado por el gobierno de los EE. UU., Brown no reveló la existencia de la misteriosa esfera de cristal o sus experiencias hasta 1975, cuando la mostró por primera vez al público.
Mostró la esfera solo media docena de veces, pero cada vez los testigos presentes vieron o fueron sensibles a fenómenos extraños directamente asociados con el objeto. En el fondo de la forma cristalina, se pueden observar tres imágenes de pirámides, una frente a la otra, en tamaños decrecientes. Algunas personas, al entrar en un estado de conciencia meditativo o de ondas cerebrales alfa, pudieron ver claramente una cuarta pirámide, en el primer plano de las otras tres.
la psíquica Elizabeth Bacon de Nueva York. En una lectura de la esfera misteriosa, recibió el mensaje de que el objeto había pertenecido a Thoth, el dios egipcio de la sabiduría y el conocimiento que supuestamente enterró una bóveda secreta de conocimiento ( Las Tablas Esmeralda de Thoth ) cerca de las tres grandes pirámides de Giza . al principio de los tiempos.
Otro reporte se sumó a quienes presenciaron la existencia de una o más pirámides sumergidas por las aguas del Mar Caribe en la región denominada Triángulo de las Bermudas; la de un marinero de pesca, el capitán Don Henry. De hecho, cuando estaba en su barco de pesca, ocupado en localizar grandes bancos de peces, detectó a través de la sonda acústica algo que en el gráfico de radar se transformó en perfiles correspondientes a una pirámide sumergida con una cúspide truncada.
Su altura, calculada en el gráfico, era similar a la pirámide de Keops en Giza, de unos 137 metros de altura y con una base de unos 150 metros de lado. El conocido vidente y psíquico norteamericano Edgard Cayce, célebre por su revelación de los significados del Libro de los Muertos egipcio, profetizó -como lo dijo en muchas de sus conferencias- en estado hipnótico, que en 1968 unas ruinas arqueológicas pertenecientes a la civilización de la Atlántida se descubrirían.
el Conocimiento Atlante
La esfera de cristal de cuarzo encontrada por el Dr. Raymond Brown en el Templo de la Pirámide sumergida recuerda las esferas que usaban los adivinos, los espejos de obsidiana que usaban los mayas, así como el pájaro que tenía un espejo en la cabeza y las alas que Montezuma II (su gobierno comenzó en 1502 y terminó en 1520) aparece en un códice florentino. Esferas de cristal, con agua en un cuenco, servirían para centrar la atención en eventos futuros y así poder percibir el futuro y el pasado. En el caso de lo descubierto por el Dr. Raymond Brown, este investigador reveló que había podido verificar los misteriosos poderes de la esfera de cristal. Así, en una exposición y ofrecido libremente al tacto de otras personas, al ser tocada por un paciente, éste recobraba la salud. Pero, curiosamente, cuando fue tocado nuevamente, en otra ocasión, por una persona diferente, a esta persona se le transmitió la enfermedad de la persona anterior.
según Raymond Brown, la esfera de cristal posee propiedades sorprendentes, dignas de una mayor investigación. En una ocasión la robaron, pero lo más extraordinario es que al día siguiente, sin que nadie supiera cómo, apareció de nuevo en el mismo lugar donde se encontraba cuando se la llevaron. Se sabe que el ladrón, que había sido identificado (vendedor de antigüedades), nunca volvió a su casa, y nunca más se supo de él. Desapareció para siempre y todas las búsquedas de su paradero fueron infructuosas.
¿Cuáles son, entonces, los misteriosos poderes de esta esfera de cristal de cuarzo?
sus facultades radican no sólo en su poder hipnótico, sino también en su poderosa fuerza magnética, de efectos extraordinarios, sin duda potenciada por haber permanecido bajo la cúpula de la pirámide, y sumergida en el agua, quizás durante miles de años, que cubrió el templo en el que fue descubierta. En el informe del Dr. Brown, hay detalles desconcertantes:
A lo largo de su relato, el Dr. Brown proporciona una serie de detalles concretos, como una descripción del templo en el que se encontró cuando subió por la abertura de la pirámide. El altar en el que estaban situadas las dos manos de bronce, pero cuyas palmas parecían ser de oro, sostenía la esfera de cristal de cuarzo. O el cilindro de unas tres pulgadas de diámetro que descendía de la bóveda piramidal del techo, cuyo extremo tenía una piedra roja engastada como punta de lanza dirigida a la esfera de cuarzo, que emitía su propio resplandor .
La sala del templo tenía siete asientos alrededor del altar con la esfera de cristal, uno de los cuales era más alto que los demás, quizás reservado para el individuo de más alto rango en la jerarquía. La habitación estaba claramente iluminada, sin que la fuente de luz que iluminaba todo fuera visible. También estaba limpio. no se había introducido ni un grano de arena, algas o polvo de plancton a través de la abertura. Ningún organismo se adhirió a las caras de la pirámide, que estaban lisas y perfectamente pulidas.
Toda la historia es asombrosa y fantástica, incluida la voz que, sin la presencia de aire para obtener la transmisión auditiva, recomienda que el Dr. Brown abandone esa zona y nunca regrese. Así es como el Dr. Brown, dueño de la esfera de cristal, volvió a la superficie y se reunió con sus compañeros, quienes también hicieron descubrimientos no menos sorprendentes: los restos de una ciudad sumergida, cerca de donde el Dr. Raymond Brown encontró la esfera , posiblemente perteneciente a la legendaria Atlantis.
En la sorprendente historia del Dr. Brown, se señala que nunca regresó al área de las Bahamas, pero que el sitio del descubrimiento se encuentra entre las islas de Andros y Bimini. A su juicio, no fue posible volver a detectar la solución del portentoso hallazgo, probablemente porque el movimiento submarino de las arenas volvió a tapar la pirámide
En una entrevista, declaró que nunca regresaría al área de su descubrimiento, ya que sus compañeros de buceo en esa ocasión, ignorando la misma voz que le había hablado, habían regresado y todos habían perecido en diversas circunstancias, prueba de que la advertencia de la voz misteriosa debe tomarse en serio.
el descubrimiento del Dr. Raymond Brown no fue el único. El autor Charles Berlitz del libro titulado Sin rastro , , en su obra sobre el famoso Triángulo de las Bermudas -o “cementerio de barcos perdidos”- mencionó la existencia de una pirámide sumergida en la misma zona, pero no pudo precisar su ubicación exacta. , ni proporcionó detalles sobre sus características.
la esfera geomántica
La existencia de la pirámide sumergida descubierta por el Dr. Ray Brown fue confirmada en abril de 1977 por la Agence France Presse, que también especificaba que la pirámide tenía una altura de unos doscientos metros. Recordemos que la pirámide sumergida localizada por la sonda acústica del Capitán Don Henry tenía una altura de unos 140 metros (curiosamente, la misma que la Gran Pirámide Egipcia) y una base de 180 metros de lado.
La noticia, transmitida por Don Henry a Charles Berlitz , llevó al investigador a realizar una expedición al Triángulo de las Bermudas para probar un descubrimiento tan singular, que venía a confirmar el descubrimiento realizado por el Dr. Ray Brown . A juicio de Berlitz, aunque cualquier afirmación categórica sea prematura, todo apunta a que al menos una parte de los restos de la antigua civilización atlante se encuentran en el fondo marino de la zona de las Bahamas. Sin embargo, antes de continuar, volvamos a la investigación que ya ha realizado el Dr. Ray Brown y de sus respuestas deducimos otras realidades más ocultas.
viaje al pasado
“Vivimos en la superficie de nuestro ser”, dijo Williams James, refiriéndose a nuestra vida práctica que requiere sólo el trabajo funcional del pensamiento y que es receptora de los estímulos de nuestros cinco sentidos. Sin embargo, desde su punto de vista, ésta es sólo la epidermis de nuestra naturaleza superior, ya que existe en nosotros, en estado latente, el poder de “conocer” por medios distintos a los puramente sensoriales e intelectuales; Por ejemplo, hay sujetos que pueden retroceder en el accidente inmediato y por tanto conocer el futuro y el pasado remoto. Partiendo de estas premisas, se aplicaron procedimientos cognitivos supra sensoriales para desentrañar el misterio de la esfera de cristal de cuarzo encontrada por el Dr. Brown dentro del templo de la pirámide hundida.
En otra ocasión, se realizó una encuesta con el Dr. Brown, quien respondió a treinta y dos preguntas sobre su importante descubrimiento. Algunos de ellos eran extraordinarios. Destaca, por ejemplo, su prudencia a la hora de mostrar la citada esfera, que hasta el día de hoy sólo ha sido mostrada al público en cinco ocasiones. el medico Ray Brown no pudo precisar la ubicación exacta de la pirámide sumergida. La razón es que, en las condiciones de excitación en las que se encontraba, no se le ocurrió identificar la ubicación exacta del descubrimiento. Según sus propias palabras, la pirámide se encuentra “muy cerca de la lengua del gran océano”, apuntando directamente hacia las Islas Bari, a unos treinta kilómetros del borde de la fosa. Está muy lejos de cualquier isla importante. Por un lado, la isla de Andros, y el lugar habitable más cercano es la isla de Bimini.
el medico Brown nunca puede explicar cómo se encontró dentro de la pirámide. Fue como un sueño o una visión que se hizo realidad. Una realidad diferente a la que solemos percibir a través de nuestros cinco sentidos. como la Dra. Albert Leprince dijo con mucha acierto y astucia, en los errores de los clarividentes: “Nuestra tradicional educación social, científica, filosófica, religiosa, etc. Nos llenó de poderosos prejuicios, es decir, cuánto cuesta estancarse en la negación del nombre de principios.”
Esta educación nunca ha puesto en nosotros algo que nos predisponga a ser receptivos a la comprensión de lo inédito. Para nuestras mentes, es un mundo nuevo. Respetemos, pues, por su naturaleza; Es decir: veamos cómo es y evitemos caer en la fantasía de verlo de una forma diferente a como es en realidad. Con lo que quería demostrar, la inercia de nuestra educación y el enfoque de utilizar nuestros sentidos como mensajeros de toda la información dirigida a nuestro cerebro nos permite tolerar, en la medida de lo posible, otras posibilidades de percepción.
Uno de los hechos más sugerentes en la historia del Dr. Brown fue quizás la voz muda de las palabras audibles que le aconsejaron que nunca regresara al área de las pirámides. Porque de ninguna manera la voz podía llegar a él a través de las aguas, tenía que ser una verdadera comunicación telepática.
- ¿De dónde procedía el lenguaje mental y quién era el interlocutor y sus compañeros?
- ¿El mundo submarino del área del triángulo está ocupado por seres inteligentes además de nosotros?
- ¿Quienes son ellos?
- ¿Cómo pueden ser nombrados?
- ¿Cuál es tu forma de vida?
Preguntas a las que solo las habilidades paranormales pueden dar una respuesta satisfactoria, una vez que la mente se libera de sus prejuicios y limitaciones sobre lo que es la realidad. Según el Dr. Brown, el cristal de cuarzo esférico que encontró en la pirámide sumergida tiene propiedades inusuales. Por ejemplo, sus propiedades electromagnéticas aumentan mucho si se descubren. Cuando fue encontrado estaba bajo una cúpula de la pirámide, lo que parece indicar que en el interior de la pirámide el vidrio esférico condensa sus propiedades y estando en el exterior vierte su fuerza. Según Brown, también existe una relación entre la actividad de la esfera de cristal de cuarzo y el ciclo lunar.
Pirámides
Según el propio Brown, unos treinta metros de la pirámide sumergida, y el resto hasta la base, estaban cubiertos por la arena del fondo marino. Curiosamente, las superficies de la pirámide estaban perfectamente limpias, sin el menor rastro de algas o incrustaciones orgánicas del océano. Otro detalle sorprendente es que la cámara del templo en la que el Dr. Ray Brown penetro también estaba muy limpio y sin el menor rastro de arena. Apareció la pirámide con sus caras resplandecientes, totalmente blanca, como si el material empleado en su construcción fuera de una blancura muy pura, o después de hecha la construcción del cuidadoso pulido de sus caras.
Sin duda, la “pirámide sumergida”, antes de hundirse en el océano, cuando estuvo sobre la superficie terrestre, debió parecer una joya que brillaba a la luz del sol y una fascinante atracción por la claridad de la luna, especialmente en periodos de luna llena. Precisamente, el color blanco de su masa de piedra cristalina correspondía al color lunar, el mismo color blanco cerúleo, pálido o plateado que corresponde a la Luna
Cuando volvió a la superficie con la esfera , se sorprendió de que sus otros compañeros de equipo hubieran encontrado otras piezas que demostraban la existencia de las ruinas arqueológicas en el fondo submarino de esa zona y que también coincidieran en el descubrimiento de la ciudad submarina. Además, “la voz” les había recomendado que nunca más volvieran a esas profundidades. Pero ninguno de ellos, excepto el Dr. Brown, prestó atención al consejo. Entonces, uno a uno, perdieron la vida en el mar cuando visitaron nuevamente la ciudad submarina. De todo el equipo, solo el Dr. Ray Brown respetó la recomendación.
Nunca más quiso investigar en esa zona correspondiente a la zona del Triángulo de las Bermudas. Realmente sintió un gran horror. Lo que “vio” en el fondo del mar fue la existencia, además de la pirámide sumergida, de numerosos edificios que se asemejaban al arte egipcio y a las construcciones precolombinas de América del Sur. Pero las caras de estas pirámides, a diferencia de las sudamericanas, eran completamente lisas y sin signos ideográficos en sus paredes, y tampoco tenían ningún tipo de inscripciones . Ciertamente, el Dr. Ray Brown no pudo examinar estos edificios en detalle, aunque notó la forma de sus estructuras.
en 1940 Edgard Cayce predijo: “Los sistemas por los cuales los atlantes fabricaban y obtenían energía se encontrarán en la parte sumergida del antiguo continente, que está parcialmente cerca de Florida, específicamente en Bimini, donde se encuentra uno de los templos”.
Por la revelación del vidente, uno no puede dejar de preguntarse si el templo al que se refiere Edgard Cayce correspondía a la pirámide sumergida descubierta por el Dr. Ray Brown, y si uno de sus sistemas para obtener energía no fuera también el descubrimiento de la singular esfera de cuarzo, tallada magistralmente por manos de un artesano, ya que no es posible que la naturaleza ofrezca cuarzos perfectamente esféricos.
Aunque Cayce no hizo referencia al cristal de cuarzo, sí mencionó un equivalente similar para la obtención de energía, llamando piedras atómicas a aquellas que, según su visión, captaban la energía solar reflejada por el espejo de la Luna.
Las piedras en cuestión estaban ubicadas dentro de una cúpula en forma de pirámide, y en la parte superior la pirámide tenía estrías o aberturas corredizas que, a través de los observatorios astronómicos, permitían distribuir la energía en todas las direcciones, según las preferencias. del manejador Curiosamente, la descripción detallada de las piedras atómicas, llamadas así por el vidente, eran en realidad cristales cilíndricos tallados en varias formas. Según Cayce, la parte superior fue tallada con gemas y servía para concentrar la energía dentro del cilindro de vidrio.
